«Prefiero ser un fracasado extravagante que un triunfador banal»

Artículo vía Parasaber Guía de Moda en memoria del gran Malcolm McLaren al que tuvimos ocasión de conocer no hace mucho.

El arte del lujo o el lujo del arte

El artista Malcolm LcLaren y el presidente de la casa de subastas Phillips de Pury & Company en la V Edición del FT Bussiness Of Luxury Summit

MARÍA GIRALDO/PATRICIA GONZÁLEZ

El artista Malcolm McLaren

El artista Malcolm McLaren – Foto: Eric Mathon/Realis

Imágenes del FT Bussiness of Luxury Summit

La cultura del deseoEl que fuera manager de los Sex Pistols, marido de Vivienne Westwood y artífice de la cultura Punk, Malcolm McLaren, clausuró la primera jornada de la Conferencia.

Mclaren, cuyo trabajo se ha expuesto en la reciente Art Basel, se remontó hasta su juventud londinense para relatarnos cómo por azar se coló en una clase de dibujo en la que pintaban a una modelo desnuda y decidió matricularse en la Escuela de Bellas Artes.

Fueron precisamente sus profesores los que le inculcaron que era preferible ser «un fracasado extravagante que un triunfador banal». Por ello cerraba su tienda de Kings Road cada vez que veía atisbos de éxito. En 1976 reabrió una vez más su espacio, en esta ocasión rebautizado como Sex y en él nacieron los Sex Pistols.
La moda Punk

McLaren diseñó los anti-pantalones, prendas con cremalleras imposibles que se inspiraban en el cuerpo a punto de explotar. Este fue el comienzo del Punk, un movimiento de rebeldía ante el Londres de la época, y sus pupilos, los Sex Pistols, se convirtieron en el «look» de la música.

«A finales de los 50, la cultura de la necesidad se sustituyó por la cultura del deseo». Se hizo patente que era posible conseguir que el populus quisiese objetos producidos a gran escala, objetos que realmente no necesitaba, siempre que se lograra establecer un lazo con su deseo inconsciente.

Él mismo se considera una «víctima más de lo que desea» pero como artista también se considera un «mago» a la búsqueda del truco perfecto: convertir el mundo karaoke, en el que afirma vivimos, en un mundo auténtico.

Para McLaren el mundo de la música y la moda tienen en común el fetichismo y el espíritu de rebeldía. La industria de música ya no puede controlar la cultura.

En la actualidad, en la que según McLaren los mortales buscamos la salvación y la felicidad cuando vamos de compras, quizás el verdadero lujo haya sido poder escucharle.

Simon de Pury, presidente de Phillpis de Pury & Company

Simon de Pury, presidente de Phillpis de Pury & Company – Foto: Eric Mathon/Realis

¿Es el mercado del arte realmente un mercado de lujo?, ¿comparten características ambos mercados?, ¿qué diferencia a cada uno?

Para responder a estas preguntas dos conocidas personalidades del sector, McLaren y De Pury, han compartido programa con grandes nombres de la moda -como Bernard Arnault, Presidente del grupo LVMH (Louis Vuitton Möet Hennessy) o Diego Della Valle, Presidente del grupo Tod?s-, en la Conferencia sobre el sector del Lujo celebradalos días 15 y 16 de junioen Mónaco.

El alma del arte

El Presidente de la casa de subastas Phillips de Pury, convirtió su intervención en una trepidante sucesión de rasgos comunes entre el mundo del arte y del lujo, enumerados casi a ritmo de puja.

El suizo, formado en la Academia de Bellas Artes de Tokio, destacó como valores propios del arte la «rareza», en el sentido de excepcionalidad, -no puede haber piezas idénticas-, así como el resultado final de la obra: «mientras que un reloj de lujo siempre responderá a la misma calidad, el artista puede tener un mal día».

La autenticidad, el estado de conservación, la procedencia -o lo que De Pury llama «el alma» del arte: «nada más interesante que una joya que ha estado en la piel de otro«-, la representatividad de la obra o el grado de identificación con el artista, la apreciación y el valor de la marca, fueron otros de los rasgos resaltados por Simon de Pury.

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